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martes, 19 de febrero de 2013

La Atención de Pacientes con Diagnóstico del Campo Psiquiátrico


LA ATENCION DE LOS PACIENTES CON DIAGNOSTICOS Y PATOLOGIAS

DENTRO DEL GRUPO DE LOS LLAMADOS PSIQUIATRICOS
Roquelina Alviz Vergara


En la relación médico-paciente, siendo el segundo, un individuo con una patología en curso que puede encontrarse sustraído de su voluntad, debe primar todos aquellos valores que  los vinculen con la afabilidad, la prudencia, la tolerancia y la paciencia, aspectos enriquecedores y fundamentales en el trato humano.


 Con referencia a que desde el punto de vista del profesional, la toma de decisiones  que origine debe permite señalar e identificar la responsabilidad en el ejercicio profesional,  pues desde el punto  de vista de la ética,  es  necesario el compromiso de vigilancia, control y seguimiento de las conductas asumidas frente a los usuarios del sistema en su condición de pacientes psiquiátricos.


 La atención integral a estos paciente sin distingos de condición social, además de ser objeto de acción por una persona instruida, debe ser analizada atendiendo la adecuada legislación en salud que abarque la reglamentación de una sociedad en constante dinámica de desarrollo y formule mediante actos escritos, políticas factibles de cumplimiento.


Es estrecha  la relación entre el individuo –paciente y el individuo -profesional, ambos con  valores, principios, derechos, deberes, diferencias conceptuales, aunado a una estructura institucional enmarcado jurídicamente en un sistema de atención médica comprometida obligatoriamente en la búsqueda de mecanismos adecuados de salud de una población.


La Atención Médica debe abordar la problemática de la controversia social, el envejecimiento de la población, el  grado de descomposición de valores,  el aumento de enfermedades crónicas, los trastornos en la salud mental o sexual que originan discapacidad,  minusvalía y alteración del equilibrio económico, social o estatal.


La búsqueda de un modelo adecuado de atención, se centra en que ante un problema  –aumento de enfermedades de origen psiquiátrico-, se debe identificar su racionalidad para que identificar soluciones  de prevención de la enfermedad.


La propuestas de soluciones en materia de salud mental,  no pueden ser trabajadas de manera aisladas toda vez que se deben trazar políticas claras proyectadas hacia el futuro que garantice a los beneficiarios continuidad en el aprendizaje y manejo de su situación de salud.  En conexidad a los programas que se construyan se debe tener en cuenta el peso de la actuación ética de los profesionales de la salud ya que ellos en su ejercicio laboral involucran sus pautas personales –principios y moral-,  como normas que tiene un impacto en la conducta humana y en el carácter de cada individuo, que debe asegurar un óptimo desempeño en el plano asistencial aunando a ello la destreza que aporta, su pericia, su objetividad sostenida, que permitirá brindar atención integral tanto al paciente psiquiátrico como a su familia.


La atención médica en salud mental es un elemento  importante para ofrecer calidad de vida por  parte del Estado colombiano, cuyo objetivos a desarrollar implican  el uso de una política abierta a la participación de todos los asociados, permitir el ejercicio de  exámenes imparciales a los argumentos económicos, a la asignación de recursos y determinación de  prioridades, así como a la participación  en la búsqueda de los medios necesarios para vivir bien física, psicológica, social y espiritualmente, ya que no solamente es la satisfacción de mínimos valores como el concepto de control de la enfermedad, tratamiento y recuperación, se conjugan nuevos criterios como el de la dimensión de la vida, el sentido de bienestar, las metas personales de salud, todos estos  juegos gramaticales de palabras que pueden comprometer el interés y la finalidad de las partes en la relación, quedando uno de ellos –El Estado-, en condición de no alcanzar a comprender y extraer del contexto social el querer y la necesidad del otro – El Subordinado -, quien nace llevando actos de racionalidad, ignorancia, sumisión o ciencia, propios  del ser humano y cumple con abandonarse dentro de los esquemas rígidos de un sistema  de atención médica a la  protección  mediante criterios desconocidos de  cobertura integral,  subsidios, igualdad, solidaridad y actos gratuitos.


Mediante medidas diversas puede propiciarse el mejoramiento de la salud mental de la población,  siendo unas de ellas la política pública  de la prestación de los servicios epidemiológicos y la asistencia médica,  soportada en un recurso seguro – para el caso actual Sistema General de Participaciones-, que garantice que esos ingresos originados en el mismo progreso económico tengan la aplicación señalada, bien sea con adecuación de los servicios públicos, mejoras sanitarias,  disminución de la carga de pobreza o asignación social de los recursos previo a un estudio socioeconómico.


El resultado tanto para el ciudadano  como para el gobierno, a un plazo estipulado puede ofrecer satisfacción y bienestar físico, material, social y en su entorno mostrar como respuesta seguridad financiera, calidad y resistencia a las enfermedades físicas y emocionales.


Otros aspectos para tener en cuenta en el mejoramiento de la calidad de vida de las personas, trascienden la esfera de la espiritualidad y es así como las variables: fatiga, sueño, apetito, fuerza, ansiedad, ocio, depresión, dolor miedo, molestia, función sexual, y sufrimiento, que vistos de manera aislada no comportan un compromiso inherente al hombre biológico, cuando ello arrastra una resultante patológica, altera el equilibrio lógico de la rutina social, familiar que amerita  prevención, atención e investigación a fin de evitar consecuencias lesivas al tan anhelado estado de bienestar.


La garantía de la prestación de los servicios de salud a todos los habitantes, el diagnóstico, planeación y ejecución de programas; una entidad de vigilancia y control que ponga frenos a la improvisación  de los prestadores del servicio; unos usuarios quienes son los que se enferman y consume medicamentos, unas instituciones prestadoras de servicios comprometidas con la garantía de la calidad, que debe contar con una estructura física y humana para entablar la relación médico paciente, aquella que debe ser intensamente personal, confidencial y enmarcada en criterios de verdad.


Para propiciar atención médica con calidad por fuera debe quedar el concepto de salud como valor mercantil, como mercancía con un precio definido, sujeta a unas reglas de mercado con costo, demanda y oferta.


Situaciones determinantes que afectan la intención de acceder a la  cobertura en salud son los excesivos trámites para la afiliación, las grandes distancias entre la viviendas de los usuarios y los centros médicos de atención, los cobros moderadores, la  invitación a aprender el autocuidado. La máxima opción es hacer  inversión económica que capacite a los usuarios en las prácticas de prevención de enfermedades y promoción de salud,  que representen inversiones en lo económico a la entidad prestadora pero bienestar físico y mental a los usuarios del servicio.


La calidad de vida es un importante objetivo para tener en cuenta cuando se aplican los criterios de intervención de atención médica. En consecuencia  es imprescindible sopesar las condiciones sociales, culturales y filosóficas de los individuos al evento de proyectar, coordinar o estructurar un sistema de atención médica en salud mental.

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